viernes, 3 de noviembre de 2017

DISCURSO ACTUAL Y CONTEXTO DEL DISCURSO ÉTICO CONTEMPORÁNEO





La moral es la ciencia que enseña, no cómo hemos de ser felices, sino cómo hemos de llegar a ser dignos de la felicidad (Immanuel Kant)


DISCURSO ACTUAL 
Hoy, más que nunca, se insiste en la necesidad de respetar las normas éticas cuando se investiga. Sin embargo, la experiencia nos muestra que, una vez más, hay una gran brecha entre el decir y el hacer, y que aquello que se sostiene discursivamente no siempre encuentra su correlato en la praxis.
Esta situación es particularmente preocupante en países emergentes donde suelen llevarse a cabo grandes estudios epidemiológicos, así como ensayos farmacológicos en distintas fases patrocinados por los países centrales. Distintas características de la población de dichos países periféricos (pobreza, analfabetismo, desinformación, entre otros) se conjugan para hacer vulnerables a los miembros de estas comunidades. Asimismo, la legislación de estos países suele ser bastante permisiva, o bien, si no lo es, la deficiencia en los mecanismos de control hace que, en la práctica, esta permisividad sea un hecho.
Muchos países emergentes carecen de un marco regulador que proteja a los sujetos de investigación y si, en el mejor de los casos, este marco existe, suele ser laxo o carecer de efectividad en su aplicación. No es casual que los países centrales elijan estas latitudes para esos fines (1). Conviene recordar aquí la clásica distinción entre "legalidad" (conformidad con el derecho positivo) y "legitimidad" (conformidad con la ética) y que no todo lo legal es legítimo. El hecho de que el marco legal de un país periférico permita llevar a cabo una investigación no es condición suficiente para realizarla, si ella carece de legitimidad.
La actividad científica como cualquier actividad humana no está eximida de cuestiones éticas. Son los científicos, en tanto personas, y la ciencia, en tanto institución, quienes deben asumir la responsabilidad por las consecuencias, tanto beneficiosas como perjudiciales, que tenga su actividad. El científico, al elegir un curso de acción entre otros, asume el riesgo de dicha elección y si ha tenido libertad al hacerlo ha de responder por las consecuencias de su elección.

BIBLIOGRAFÍA
Outomuro, D. (2004). Reflexiones sobre el estado actual de la ética en investigación en Argentina. Acta bioethica, 10(1), 81-94.



DISCURSO ÉTICO CONTEMPORÁNEO
El problema de la ética formal es que le falta el contenido. No interesa lo que se discuta; lo que interesa es que se cumplan las reglas democráticas del discurso, lo cual me parece correcto, en cuanto a lo democrático, pero no advierte el contenido fundamental. En cambio, la ética (que propongo) se afirma como una ética de la vida, pero no por razón de la vida misma, sino por aquellos que no pueden vivir. El deber ético de cambiar las cosas para que vivan los que no pueden vivir no se ve, sino se parte de una ética de la vida.
La ética no es algo accesorio de lo que podríamos prescindir, como serían los juicios de valor, que está bien hacer, pero no pasa nada si no se hacen. No. La ética tiene que ver con la vida y con la muerte de la humanidad. Si no tenemos un cierto criterio ético, vamos a hacer que la vida siga el camino de un suicidio colectivo.
La ética tiene un criterio de verdad para descubrir lo que las cosas son, es decir, la vida y la muerte. La vida, como criterio de verdad, y no de verdad teórica, que viene después; sino de verdad práctica, que es la primera que usamos para cumplir funciones, que siempre son funciones de la vida. El ser humano, desde su origen, descubrió lo que las cosas eran para manejarlas en función de la reproducción de su vida.
La ética de los valores, que parecería ser más espiritual, no puede justificarse porque los valores, al fin ¿qué son, cómo funcionan, cómo se encarnan? Yo no creo que la ética de los valores; creo en la ética de la vida, tiene valor aquello que reproduce la vida. Los valores se garantizan en la medida en que reproducen; es decir, si la justicia es importante, no lo es porque sea un valor en sí, sino porque los actos que dan a cada uno lo que le es debido, permiten la reproducción de la vida, y esto es central en la vida política. No es una ética de valores, sino una ética empírica que se funda en la posibilidad de la reproducción de la vida, y de la participación libre del afectado, y de hacer cosas factibles, empírica, histórica, económicamente, es decir, pisando tierra.
Desde los enfoques cognitivo evolutivos del desarrollo moral, la meta central del desarrollo psicológico es la integración de una identidad personal que alcance el nivel de autonomía moral, en el sentido kantiano, en el cual se lograría una mayor diferenciación e integración del sí mismo. Sin embargo las interpretaciones y distorsiones de este concepto desde la psicología, han llevado a un excesivo énfasis de la autonomía, desembocando en posturas individualistas y en la exacerbación del narcisismo. Se plantea la necesidad de reinterpretar el concepto de autonomía desde la ética de la responsabilidad solidaria, construyendo la autonomía en términos intersubjetivos, ejerciéndola a través del diálogo y de la acción, como el resultado de la puesta en común de distintos puntos de vista. Nos referimos a la autonomía moral solidaria en el sentido de una autonomía enraizada en el desarrollo del ser y cuyo elemento vital es la solidaridad de los hombres que se reconocen y son reconocidos como libres

BIBLIOGRAFÍA
Dussel, E. (2000). El reto actual de la ética: detener el proceso destructivo de la vida. Dieterich (comp.), El fin del capitalismo global, 143-151.
Sepúlveda Ramírez, M. G. (2003). Autonomía moral: Una posibilidad para el desarrollo humano desde la ética de la responsabilidad solidaria. Revista de psicología, 12(1).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ética Profesional